Crítica: 17 otra vez

17 otra vez (17 again) es una excusa para mostrar a Zach Efron, el galancito de High School Musical, durante hora y media en pantalla. Buen, resulta que no es algo negativo, el chico tiene carisma y se banca la película en sus hombros.

Como el título es bastante descriptivo y si no viste el trailer te podés imaginar de que trata. Un tipo de treintaipico cansado de su vida que tiene el deseo de volver a tener 17, una época en la que era feliz antes de renunciar a sus sueños y por arte de mágia se despierta con 17 años.

Aunque nunca vi una película igual hay miles de versiones similares, algunas con la premisa inversa de un chico que quiere ser grande y lo logra de repente como en Quisiera ser grande (Big) o de alguna manera avanza en su vida hasta despertarse con 30 años en el futuro en Si tuviera 30 (13 going on 30) o de alguna manera volver a ser un adolescente sin cambiar fisicamente (Jamás Besada).

17 otra vez se parece sobre todo a Jamás Besada, un personaje que tiene que volver al secundario para revivir algo pendiente, excepto que en este caso no es el mismo actor haciendo las dos edades. Mike es interpretado por Matthew Perry cuando es "grande" con la vida destruida. De joven es Efron y como decía hay que agradecerle porque su actuación es consistente de copiar cada manerismo de Perry conocido por la audiencia. Por eso funciona, la gran mayoría de la gente conoce a Matthew Perry por Friends, Chandler tenía ciertos manerismos y cierto humor, aunque el personaje acá no sea el mismo Efron sabe captar ese tono y lo imita dandole creatividad a su actuación.

Hay más en la película Mike está a punto de divorciarse y como un adolescente trata de convencer a su mujer de que no lo haga, trata de ayudar a sus hijos teniendo su misma edad y buen, no mucho más, además de un amigo nerd y en general un grupo de actores competentes.