Rachel McAdams (Diario de una pasión, Sherlock Holmes) hace de Becky Fuller una chica que consigue un trabajo en el programa matutino de menor rating en USA y tiene la misión de revitalizarlo. La comedia se centra en todas las cosas que ella debe hacer y los personajes con los que tiene que lidiar para poder hacer su trabajo.
Entre ellos está la conductora del programa (Diane Keaton) y el nuevo co-conductor que Becky consigue (Harrison Ford), un periodista en serio que está obligado por su contrato con el canal a trabajar para el programa pero no quiere hacer nada de lo que planean para él.
Lo bueno de la película son los actores Keaton haciendo de una neurótica que quiere mantener el centro de atención pero que al menos intenta mejorar el programa y Ford como el viejo quejoso. Si uno ve las películas viejas de Harrison Ford, en especial las que lo convirtieron en un ícono como Star Wars y Indiana Jones se pueden detectar rastros de las características de este personaje. No porque sea heroico sino porque el sarcasmo y la ironía de aquellos, junto a cierto malhumor se multiplican acá a la enesima potencia.
Rachel McAdams también está bien llevando el peso pesado de estar en casi todas las escenas y ser el centro de la historia, además de hacer querible un personaje que por momentos puede llegar a ser un poquito demasiado obsesionada pero lo logra tanto como jefa, compañera y en la trama romántica con Patrick Wilson (El fantasma de la Ópera). Como decía, es una buena película para pasar un buen rato y reirse unas cuantas veces pero cierto abuso de los montajes (debe haber como más de diez) y falta de foco en algún momento le restan unos puntos.
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