Crítica Enseñanza de vida

Enseñanza de vida (An education) es una película chiquita que frente a las grandes épicas de este verano queda separada por la magnitud de la historia. Pero también se aleja de otras pequeñas historias como Preciosa debido a que este drama no intenta agresivamente conmover al espectador, aún cuando lo logra.

Enseñanza de vida es la historia de Jenny (Carey Mulligan), una chica de 16 años en 1960 y del romance con un hombre mayor, David (Peter Sarsgaard) que la seduce, no es una remake de Lolita, no se decepcionen. El personaje central no es realmente una víctima y es una de las adolescentes más interesantes del cine reciente, esto se debe en gran parte a Mulligan que la interpreta con una mezcla de madurez sin abandonar del todo cierta inocencia.

Es en realidad la historia de una mujer joven que a comienzos de los 60 está entre un mundo en el que sus posibilidades eran ser esposa y madre versus una educación que nadie puede explicarle para que sirve, particularmente a una mujer.

El resto de los actores están muy bien también Sarsgaard como David toca la nota exacta sin llevar al personaje hacia ningún extremo pero con ciertas actitudes condescendientes con Jenny (algo evidente en un hombre mucho más grande). También sobresale Alfred Molina como el padre de Jenny, un tipo demasiado confiado y en parte más inocente que su hija.

El tono gracioso está dado por Rosamund Pike como la pareja de un amigo de David, la chica hace de vápida con gracia y esta película significó la reunión con Mulligan ya que ambas hicieron de hermanas en Orgullo y Prejuicio (Pride & Prejudice, 2005) como Jane y Kitty respectivamente.

Otro gran acierto es la ambientación de época, todo funciona y parece real, no como si fuera creado para la película. El hecho de no enfocarse en el drama como una tragedia la eleva por encima de otros dramas de época o historias de adolescentes que crecen. Eso y las actuaciones hacen que sea una película digna de ver.